Blogia

Cosas de una mente traumatizada...

Hoy le pregunte a mi corazón...

Hoy le pregunte a mi corazón...

Me senté en lo más profundo de mi alma y le grite a mi corazón. Empezó a latir rápidamente y me dijo que para que algo tan insignificante como yo que siempre pienso con la cabeza y le corto los impulsos me dedico a molestarle.

He estado incordiándole un rato me he aprovechado de la situación y le he estado pinchando con un palito, igual que él hacía hace un tiempo conmigo.

Me he cobrado mi venganza, le he enseñado lo duro que es sufrir y no poder olvidarte de quien te esta haciendo daño porque siempre lo tienes al lado.

Le he enseñado a no latir, le he echo prometer que se mantendrá en un eterno letargo y se congelara. Le he prohibido desbocarse cuando vea a cierta personita y le he dicho que prefiero morir de infarto que de ansiedad.

 

Al principio me ha dado la razón, pero como los viajes al centro del corazón están caros he seguido molestando, quería cerciorarme de que cumpliera su palabra.

Me ha dicho que es un tío legal y de honor, que podía irme que jamás volvería a latir por alguien que no se lo merecía.

Finalmente he decidido confiar en ese musculo estúpido y alocada y me he vuelto con mis pensamientos. Al llegar ya estaban debatiendo lo que he dicho y me han asegurado que el tío legal no es tan legal y que me traicionara.

 

Pues lo ha echo, ha vuelto a desbocarse como un loco esta misma mañana. Me he enfadado tanto que he pagado otro viaje y me he puesto a chillarle como una histérica. A él simplemente parecía hacerle gracia todo aquello. Me ha dicho que no puede luchar contra su propia naturaleza, al igual que yo no puedo luchar contra mi propio amor.

Me ha preguntado si lo temo y le he dicho que no.

Finalmente me he vuelto y de fondo he escuchado sus palabras:

 

<< No dejare de latir jamás, no dejare de sentir amor nunca, es mi naturaleza y la cumpliré, al igual que la tuya es aprender a soportarme y convivir con lo que te transmita. Si dejaras de vivir en tu consciencia me entenderías mucho mejor. ¿A que temes? ¿Al daño? ¿Al dolor? ¿Al tiempo? ¿Al olvido?....son minucias comparadas con la felicidad que te puedo ofrecer si me dejas >>

 

         

             ...El corazón esta para romperlo veinte veces.

Hoy me desperte soñando...

Hoy me desperte soñando...

Tuve un sueño raro, agitado y poco amable. ¿Pero que esperar de los sueños? ¿Son o no son anhelos de algo que nuestra imaginación es incapaz de imaginar?

Había un coche, un piercing, alguien a quien conozco y al que adoro, un desconocido y un libro....todo se unía en un enjambre de hilos negros que bailaban sin sentido mientras yo, única espectadora, me dejaba llevar por ellos notando como me cosían a mi propio mundo.

 

He sentido como mi pasado y mi futuro se unían ignorando a mi presente que reclamaba a gritos su sitio....

 

[Entonces me he despertado soñando...]

 

Aún después de ser consciente de que las primeras luces del día se abrían paso por mi ventana y de que un nuevo amanecer me invitaba a vivir mi vida he podido recordar mí sueño con total nitidez y descubrir el significado que creo que guardaba....

Estoy en el presente pero no vivo en él, me aferro a los recuerdos del pasado y espero que el futuro sea mejor, sin darme cuenta de que mi futuro no cambiara si no cambio mi presente y olvido mi pasado...

 

Esta mañana mientras veía como las agujas de mi reloj daban vueltas y vueltas reduciendo el tiempo que me quedaba para tener que enfrentarme a mi realidad me he dado cuenta de que no puedo esperar nada bueno para mañana si no lo siembro hoy....Por un momento eso me ha dado fuerzas para levantarme de la cama y lanzar mis telarañas por la ventana...

Y aún así he visto como las ocho y veinticinco se marcaban en mi reloj...

Me he vuelto a meter bajo las sabanas y me he quedado durmiendo....

 

 

 

            ...Mientras una vocecita me gritaba:  [¡!¡CoBaRdE!¡!]

Jamás nos pasará...

Jamás nos pasará...

A veces nos preguntamos cuanto dolor seríamos capaces de soportar.

Oímos cosas que pasan y pensamos "Jamás sería capaz de reponerme a algo así".

 

La gente de nuestro alrededor se enfrenta  a palos, dolores, perdidas, tristezas...Lo vemos como algo tan lejano, tan doloroso y tan duro que pensamos que jamás nos pasara.

En esos casos todo es fácil, consolamos, damos dos palmaditas en el hombro y tranquilizamos su mente con un "Sí las cosas han pasado así es por algo".

 

Pero todo cambian cuando nos toca a nosotros sufrir.

Las palmaditas y las palabras de consuelo no nos sirven de nada. La gente que nos ayuda se transforma en ignorantes que desde nuestro punto de vista no entienden nuestro sufrimiento.

 

Todo lo que pensabamos que jamás nos pasaría nos golpea tan fuerte que nos hace arrodillarnos ante el dolor.

La vida se convierte en la mayor cárcel donde cumplir nuestra condena, la condena de haber perdido aquello que amabamos.

Seguimos pensando lo que pensabamos en su día, que no podemos enfrentarnos a tanto dolor y que nunca nos levantaremos.

Un dolor en el pecho nos oprime y nos impide respirar. Cada latido nos cuesta una eternidad y cada vez que intentamos levantarnos nuestro cuerpo se queja.

 

Pero como con todo, un buen día la venda de nuestros ojos se cae.

Somos capaces de reponernos y con dos ovarios le plantamos cara a los días.

 

Al principio intentamos olvidarnos de todo pero nos damos cuenta de que el dolor y el sufrimiento no se olvidan.

Asi que el único camino que nos queda es volver a la rutina de siempre arrastrando todos nuestros recuerdos de los que como no, APRENDEMOS.

 

 

 

                    ...La Vida siempre sigue...Sigue tu tambien.

Llegara el día...

Llegara el día...

Siempre queremos cosas. Desde que somos pequeños pedimos y pedimos esperando recibirlo todo y cuando no nos lo dan pataleamos y lloramos hasta conseguirlo. Es un método eficaz si se tienen siete años pero el tiempo pasa y solemos crecer, llegando el momento en el que patalear y llorar no nos sirve de nada.

Eso fue lo que mis padres me enseñaron, "Gánatelo y lo tendrás".

Siempre lo he visto así, sé cuando merezco las cosas y cuando no. Sé cuando debo y cuando no debo darme un capricho.

A veces es más gratificante comprar algo que has conseguido con el sudor de tu frente que obtenerlo como un regalo o el dinero de otros. Tengo cosas que me han costado tanto que incluso guardo las etiquetas o el ticket hasta que el color de la tinta se pierde...

 

Pero aunque pensemos que no, llega un momento en que todo se acaba, las cosas se rompen o simplemente te abandonan y en esos momentos es cuando te das cuenta de que lo duro no fue conseguirlas sino haberlas perdido.

Ya sea porque se rompa, desaparezca o se marche cuando perdemos algo que nos ha costado trabajo conseguir nos duele más que cualquier otra cosa en el mundo.

Somos conscientes de ello antes de comprarlos pero aun así lo hacemos, sabiendo que aunque duela un buen día nos levantaremos dándole gracias por haber ocupado un tiempo en nuestras vidas.

Si me tengo que ceñir a lo personal, confieso que he perdido, tal vez más de lo que he ganado en esta vida, pero hoy por hoy debo de estarle agradecida a todo lo que tuve y se rompió, a todo lo que estuvo y se marcho por haberme enseñado para bien o para mal los caminos de esta vida.

 

Mi mayor deseo es que llegue el día en que al perder algo no me sienta mal. Que lo vea alejarse y solo pueda sonreír, que sepa que no volverá y no pueda dejar de alegrarme por la vida que le espera, saber que puede que me olvide pero que yo nunca lo haré....

Quiero poder levantarme una mañana y que alguien me pregunte:

 

-"¿No vas a buscarlo?"

-"No" 

-"¿Por qué?"

- ........

-"¿Te encuentras bien?"  

-"Si, creo que si"

 

 

Dejar que las cosas pasen, se vallan y vuelvan si tienen que hacerlo pero que yo no me sienta mal por su partida.

Cada uno tenemos nuestro camino, hay que tomar las riendas del destino con dos manos y espolear nuestros flancos hasta que no podamos mas y el corazón se nos salga del pecho pero que al detenernos solo seamos capaces de ver, verde, azul y dorado.

Y poder descansar por siempre en esa pradera con el Sol tostándonos la cara y la suave brisa moviéndonos el pelo.

Sí, anhelo llegar a ese parte de mi vida en que las arrugas de mi cara solo se acentúen cuando ría tan alto que los pájaros revoloteen asustados y quiero también que esas risas solo sean el fruto de un pasado sino feliz, al menos mío.

 

 

   ...El más difícil no es el primer beso sino el último.